Monday, February 14, 2011

Cartas

Y ella envió la carta.
Una carta suicida, una carta donde no pedía más que ayuda.

Una ayuda que el lector no brindó.

Realmente no pensaba suicidarse, y es probable que el lector imaginara eso, ella no se quitaría la vida.

Muchas veces atrás ella habló de su deseo de morir, pero nunca lo llevó a cabo. Siempre fue cobarde, siempre dudó. No era lo suficientemente egoísta como para irse del mundo así nadamás. No se sentía con el valor de ver llorar a su padre en su sepelio, ver la desesperación de su madre y la tristeza de sus hermanas... pero anhelaba desaparecer del mundo.

Mucho tiempo atrás ella perdió las ganas por vivir. La vida dejó de significar un reto, dejó de importarle todo cuanto sucediera a su alrededor. Miraba a la gente con envidia, porque todos ellos eran capaces de vivir su vida tranquilos, felices... mientras ella albergaba dolor en su alma, un dolor que no podía liberar, una tristeza infinita que no era capaz de dejar atrás.
Pidió ayuda tantas veces...
Sólo anhelaba encontrar la felicidad, pero no sabía cómo. Todo era tan confuso, tan pesimista, el mundo entero parecía caerse a pedazos frente a ella.

¿Qué hacer cuando nadie parecía escucharla? A nadie le importaba lo que sucediera con ella.
Era sólo un número más, un empleado más, una mujer más. Sólo era parte del sistema, una esclava, un sirviente más, sin derechos, sin felicidad, sin libertad. Era un zángano ocupado en enriquecer a otros, mientras robaban toda su dignidad.

El lector sabía que ella no se quaría la vida... e ignoró su carta.

Ella albergaba odio en su interior, cada día, todos los días. Nunca expresaba su dolor, nunca expresaba su angustia, la tristeza que tenía dentro se quedaba dentro, con ella.
Su salud comenzó a decaer todos los días, poco a poco pero constantemente.
Un día no se presentó a trabajar, ya no pudo levantarse de la cama. La enfermedad había terminado con su cuerpo, con su voluntad, con toda ella.

Un día antes, como todas las noches, se recostó temprano y sin poder conciliar el sueño, lloró para desahogarse, para liberar de esa manera su dolor. Lloró por horas, como nunca antes había llorado, derramó todas las lágrimas que existían en su interior, liberó todo el dolor que tenía dentro. Lloró tanto, que se secó por dentro.

Ya no hubo ruido alrededor, ya no hubo dolor, ya no hubo tristeza. Ya no hubieron más lágrimas que salieran de sus ojos.
Se secó por dentro, la vida se le fue en el llanto.
Miró al rededor una vez más y sonrió para ella misma. Cerró los ojos y no los volvió a abrir nunca más.

El lector ignoró todas sus cartas suicidas, ignoró toda la ayuda que ella pidió porque estaba seguro que ella jamás se quitaría la vida...
Y tenía razón.

La vida se fue de ella, no ella de la vida.


Xkándä

Tuesday, February 08, 2011

Benjamin.

Y cómo decirlo... una vez más, cientos de veces más.

Que lo extraño.
Hoy y mil veces, lo extraño.

Puedo vivir mi vida sin él, lo sé. Pero la vida me resulta dolorosa e insípida.
Puedo hacer muchas cosas sin él.

Levantarme cada mañana, ver salir el sol, caminar por la ciudad, comer... dormir...
Pero no puedo hablar para expresar cuánto dolor siento, no puedo doblarme ante la vista de todos y dejar escapar las lágrimas que mis ojos han contenido hoy, como tantos días.. como tantos años.

Tantas noches sin estrellas desde que él se fue, he dormido sola en mi cama, aguardando su regreso, aquél que sé jamás volverá.
Aún permanece su aroma en las sábanas, en su almohada... o eso creo yo.
La vejez y la senilidad han hecho mella en mi.
Ojalá tuviera la vitalidad que tuve hace tantos años, sé que reconstruiría mi vida, la vida que día a día se me va de las manos, se desmorona mi mente, mi cuerpo, mi corazón falla.

Oh... si supiera cómo duele su ausencia...

Casi no puedo recordar su rostro, pero mi corazón recuerda que lo amó con cada latido de mi ser, mi cuerpo extraña su piel, los latidos de su corazón cuando dormía junto a mi, el beso de las buenas noches en mi frente cuando se acostaba a mi lado, justo como todos los días.

No puedo decir que no lo necesito, él era viejo igual que yo.
Envejecimos juntos pero después el se marchó... Sé que no volverá, pero estoy segura que pronto, pronto me reuniré con él...



Xkándä

**Benjamin Button... "The Curious Case Of Benjamin Button Soundtrack"