Friday, June 13, 2014

A Ghost

¿Por qué dios no se apiada de mi alma y me lleva?
Dios... te lo he pedido infinidad de veces ¿por qué no me llevas de una vez y evitas que siga haciendo estupideces en el mundo?.
Dios no me oye.
¿Nadie ha pensado eso? ¿sólo los débiles piensan así? ¿eso crees, mi estimado lector?

A veces, en medio de mi depresión, me pongo a beber, yo solita en mi habitación. Enciendo un cigarro y bebo lo que me encuentre, vino, brandy, whisky, cerveza, vodka... lo que esté disponible... excepto los perfumes, esos no me los bebo.

Ni el alcohol de la farmacia.

Como dios no me lleva, sólo imagino el cómo sería... puedo imaginar de muchas maneras el cómo sería.. Obviamente, el día que suceda yo ya no estaré aquí para constatarlo, pero lo puedo narrar, cómo sería si de verdad yo fuera tan intensa.

Y así empieza la historia hoy:

Él visitaba una cafetería de la ciudad, un lugar tranquilo y silencioso, de esos lugares que tienen wifi y son perfectos para llevar tu laptop y trabajar mientras degustas un buen café y un croissant mientras el mundo te ignora y la poca concurrencia pasa sin ver y sigue su vida.
Una mujer entró ese día a la cafetería. Por azares de mi imaginación y porque se me da la gana escribirlo, ambos iban solos. Él degustaba su café mientras revisaba cualquier cosa en su laptop y ella al entrar, lo reconoció y, la historia no tendría sentido sino, se sentó con él para charlar.

Hablaron del clima, del trabajo, de los amigos, los estudios, los planes a futuro (tanto en un pequeño lapso de tiempo, el café no da para mucho, mejor hubiera sido un bar.. pero los bares no se prestan para trabajar en laptops ni son tranquilos ni silenciosos).

Hablaron por un buen rato de cosas triviales.. hasta que un tema en común salió a relucir.. Él preguntó "¿No has visto a Xkánda? Hace tiempo que no sé de ella, la extraño, las cosas no resultaron bien entre nosotros y hace tiempo que no he sabido de ella... La extraño ¿sabes? He intentado llamarla pero al parecer cambió su teléfono, no la visito porque me da un poco de vergüenza ir a su casa después de como terminó todo.. No sé donde está ni qué ha sido de ella... .¿tú la frecuentas?"... Ella lo miró horrorizado, no sabía si él mentía o hablaba en serio, no sabía si contestarle la verdad o mentirle, no sabía nisiquiera la cara de pánico que se dibujaba en su rostro... ¿qué decirle?  ¿cómo decirle?.
Tomar aire, respirar profundo, tranquilizarse y aguantar... Eso.

Lo miró serena, tratando de contener las lágrimas, mientras fallaba en el intento y él la miraba con extrañeza, con un dejo de pánico en el rostro, de incertidumbre...
Ella meditó su respuesta, tragó saliva e intentó que no se le cortara la voz:

"Yo creí que lo sabías"... comenzó.
"Cuando tu te fuiste, ella experimentó una profunda tristeza, una depresión muy fuerte. Lo supiste, sabías que ella estaba triste, pero no pasó de ahí. Hicimos lo posible porque ella mejorara. Yo la incité a salir de fiesta, conocer personas, divertirse.. y ella lo hacía, pero nadie sabía lo que en su mente había. Era normal a los ojos de todos. Una persona triste, pero responsable, hacía su trabajo, sonreía de vez en cuando, no hablaba mucho... Salía sólo conmigo y el resto del tiempo, permanecía en su casa encerrada. Se la pasaba encerrada en su habitación los días que no salía conmigo, casi no comía.. pero no descuidaba su trabajo ni su apariencia física cuando tenía que salir..."

"Un día, no se presentó a trabajar. No avisó que no iría, no avisó que llegaría tarde. Su madre se levantó por la mañana y vio su auto en la cochera, por lo que fue a despertarla pensando que se habría quedado dormida. Tocó la puerta infinidad de veces, pero jamás obtuvo respuesta.Cuando por fin abrió la puerta, la encontró tendida en el suelo, con las muñecas abiertas. La escena era de miedo. La sangre en el piso, ella pálida, tenía los ojos cerrados y estaba boca abajo. Todavía respiraba. Estaba viva. Su mamá hizo lo imposible por mantenerla con vida. Llegaron paramédicos, se la llevaron, la atendieron y la salvaron. La encerraron en una clínica psiquiátrica por algún tiempo. Trataron de ayudarla, de atender su depresión, de atender al llamado de auxilio de su intento de suicidio... Ella decía -No fue un intento, que me hayan frustrado una muerte, no significa un intento, fue con toda seguridad". Varios médicos trataron de reintegrarla, pero ella estaba muy triste, muy  mal ya.
"Un día la encontraron en su habitación.. hizo una soga con las sábanas de su cama, esta vez no hubo "intento".. esta vez no fue un fallo. Ella se fue. Sólo escribió en un papel "Gracias".

Los ojos de él se habían abierto como platos. Poco a poco se fueron cerrando. En su mente, creció la incredulidad, la rabia, la incertidumbre: "No es cierto, ¿dónde está ella?"...

Ella lo miró con lágrimas en los ojos, y no pudo decir más. 
Xkanda habría muerto, y hubiera estado feliz de escuchar que él aún pensaba en ella. De haber sabido... ella aún estaría viva.


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