Saturday, October 18, 2008

Espadas

"Quien dijo que no podía acariciarse a una mujer con un arma...
...estaba muy equivocado."

Hacía un calor excepcional aquella noche. No había dejado de sudar, incluso ante la más mínima actividad, mi cuerpo estaba barnizado por sudor.. pegajoso, completamente húmedo.

En el ambiente había un peculiar aroma a especias, cosa rara en una noche de noviembre, un aroma picante, como canela, inundaba el aire.

Poco importaban los demás invitados, en ese momento sólo estábamos el y yo.

Toda la noche, el no había dejado de mirarme, como tantas otras veces, pero ésta vez había algo extraño en su mirada. Sus ojos cafés tenían un brillo distinto, podía jurar que se veían casi rojizos. Me miraba con esa mirada profunda y enigmática que algunas veces podría enloquecerme... Se acercó a mi y me susurró al oído que lo siguiera.

Salimos del lugar tomados de la mano, y nos metimos al auto. Ahí comenzó todo.

Mientras él conducía, yo le besaba el cuello. Él con la mano que le quedaba libre acariciaba mi espalda. Yo recorría su rostro buscando sus labios, y él recorría mi espalda, buscando la gloria..


Llegamos al lugar y subió las escaleras conmigo en sus brazos y me tendió en su cama.
Se tendió junto a mi mientras no hacíamos nada, tan sólo mirarnos.
Todo al rededor tenía una tonalidad roja e incluso parecía estar iluminado por velas.. el olor a canela era aún más fuerte.Se puso de pie y se dirigió a un cajón de donde sacó una espada: una katana.
Lo miré extrañada, pero pronto adiviné sus pensamientos...

Con la fría hoja comenzó a acariciarme el rostro, pasando hacia mi cuello y de ahí bajando por encima de mi vestdo hacia mi pecho, mi vientre, entre mis piernas... hasta la punta de mis pies descalzos.
Regresó la hoja a mi cuello y presionó un poco, intentando sofocarme. Me dio un beso en los labios y con la espada rompió los tirantes de mi vestido, descendió hasta mis piernas y con su boca lo haló lentamente para quitármelo...
Una vez que estuve desnuda, me miró y sosteniendome la mirada, se quitó la camisa negra, dejando su torso desnudo, su cuello, adornado por esa cadena de cruz...

La hoja estaba fría, pero eso no le impidió resbalarla sobre mi pecho, mi cintura... algunas veces la repegaba tanto sobre mí, la fuerza era tal que llegaba a cortarme, pero no era un dolor para sufrirse, sino un dolor para gozarse.

La hoja fría provocaba que él sonriera, que respirara más agitadamente y que sus besos fueran más pasionales. Yo le mordía los labios cada vez con mas fuerza, y él pellizcaba mi cuerpo, rasguñaba mi espalda o incrementaba la presión con la espada...

En un segundo intento por sofocarme con la espada, hirió mi cuello y la sangre comenzó a fluir pesadamente.. lo que provocó que con su lengua recorriera la pequeña herida.. parecía un juego, al poco tiempo comenzó a herir varias partes de mi cuerpo, y a recorrer cada rincón con su lengua, succionando la poca sangre que había, variando cada vez más los lugares...

Ninguno de los dos traía puesta ropa alguna, me ardían las heridas, pero no lo sufría, lo disfrutaba.

Si la noche refrescó, no lo sé. Él me cubrió con su cuerpo y durmió conmigo, mirándome cansadamente, esperando que me quedara dormida...

Amaneció, pero el ya no estaba conmigo.

La habitación no era la misma, era la mía.
No habia rastro alguno de ninguna actividad nocturna, todo estaba tan en desorden como siempre, nada fuera de lo habitual, ningun indicio de nada... tan sólo mis pertenencias.
Pero, las heridas en mi cuerpo y en mi cuello, fueron pruebas feacientes de que no fue un sueño.

Todo fue real.

nadH.

*Tuve que reescribirlo, la primera vez no sé cómo lo borré y no hubo oportunidad de recuperarlo.. nooo, ni presionando control+z pude.. Pero creo que quedó mejor la "reedición" jjeje..

Las primeras frases son robadas.. jejeje
Ah sí, tmb.. necesité al menos 4 cubas de tequila para escribir esto...

No comments: