Thursday, May 03, 2007

A un Muerto.

Vi tus ojos morirse lentamente, la chispa que dio algo de luz a mi vida poco a poco se extinguó para no volver.
Vi tu sonrisa secarse en tu rostro inexpresivo, caerse poco a poco como una herida convertida en costra.
Sentí endurecer tus manos siempre heladas, se deshidrataron completamente, dejando al descubierto sólo tus huesos amarillentos..

Vi explotar tu corazón de hielo, y sus trozos se encajaron profundamente en mi cuerpo, en mi alma, llenando de dolor todo lo que poseía, todo lo que soy. Te vi morir lentamente a mis ojos, tu cuerpo lentamente se desecaba, se momificaba, cada gramo de agua se escapaba de tus poros, dejando solo un cuerpo ruin y descompuesto, dejando al descubierto un vacío completo, donde alguna vez habitaron tus sentimientos, los cuales nunca conocí.

Tu muerte me llevó a reflexionar, a razonar sobre la plenitud que ocasionaste, sobre la felicidad efímera que brindaste. Estabas ahí, tendido frente a mi, inerte, seco. El aroma a muerte vieja inundaba la habitación. Tu sangre se evaporó de repente, ya no quedaba ni un atisbo de vida en lo poco que te quedaba de cuerpo.

Te fuiste así, sin decir nada, sin decir adiós, justo frente a mis narices, sin que yo hiciera nada para evitarlo. Te moriste espontaneamente, misteriosamente, sin razón aparente, sin explicación alguna, simplemente ya no estabas vivo.
Ante mis ojos atónitos yacía tu cuerpo momificado, al que alguna vez tuve la desdicha de admirar, de contemplar sin cansancio. Con el que compartí mis alegrías y al cual regalé tantos besos sin reproches... tantos momentos memorables ahora agridulces.
Te vi muerto y sentí un nudo en la garganta.

Rompí a llorar..

.. Pero no de tristeza ni de compasion por ti, tampoco por extrañar tu presencia.
Al explotar tu horrible corazón de hielo, lograste herir mi cuerpo, penetrar hasta mi alma... Lloré de dolor, un dolor amargo. Sentí lástima por ti, lástima por que jamás contaste con la dicha de amar a alguien y moriste así, con un corazón insensible, incapaz de sentir el calor de un amor. Lloré por mi, por tanto tiempo perdido detrás de un ser de hielo, cansada de sentir tus manos frías, de sentir la superficialidad de tu cuerpo, de sentir el filo de tus palabras hirientes, pronunciadas con tu lengua de acero.

Qué bueno que estás muerto, así ya no podrás herirme.
Qué bueno que sólo eres un cuerpo deshidratado, que pronto se convertirá en polvo y quedará enterrado en el olvido.

nadH.

*Jaja... no comments.

1 comment:

Anonymous said...

este texto sí me gustó mucho,
mucha intensidad..

pero al leerlo sólo puedo pensar en una cosa (pues me ha sucedido a mi tmb) q quizás tarde o temprano te darás cuenta q quien de vdd se murió fuiste tú, no la otra persona..



te extraño mucho NadH
ahí te encargo no? =(
jeje.. tq, bye!