Wednesday, July 04, 2007

¿Qué soy?

En un ambiente azul, grisáceo, rebozante de polvo y demás partículas enfermizas yace una figura desnuda recostada en el suelo en posición fetal. Es un ser humano.
Su rostro muestra rastros de violencia, manchas púrpuras adornan parte de sus pómulos, una mancha de sangre seca formada en su labio inferior.. hondas cicatrices engalanan gran parte de ese rostro maltrecho.

La respiración de aquél bulto es aún perceptible, pero es obvio que no le queda mucho tiempo de vida, pues infinidad de letales golpes ha recibido.

No hay luz en la habitación, todas se han extinguido... luces de esperanza que se han agotado, no queda ninguna para evitar el colapso de un corazón herido, de un cuerpo dolorido, de un alma aprisionada.

En el silencio de la escena, es tangible un leve sollozo, un humano que ha sufrido, que no quiere morir, no quiere convertirse en un alma en pena. No quiere continuar con el sufrimiento que ésta vida le obsequió, hasta su final, no quiere cruzar el umbral de lo desconocido para continuar con el dolor.

Por un lado, desea abandonar ésta dimensión, desea que su mente olvide todo lo ocurrido en los últimos minutos, en las pasadas escenas.. olvidar cada golpe, cada herida, cada espina enterrada en los nervios, olvidar el sufrimiento de la vida pasada y presente. Olvidar que llegó al mundo para sufrir, para sentirse abandonado e incomprendido, para sembrar y cosechar odio. Para sentirse rechazado incluso por quienes más quería. Vivió una vida de soledad y tristeza, de caídas fuertes. Recibiendo palabras que hacían más daño que una daga. Curando heridas autoinfligidas por la desesperación y el dolor. Sintiéndose indigno de cualquiera que le mirara.

Desea borrar todos los sonidos de desprecio, las risas burlonas y las palabras punzocortantes.

Pero no desea ingresar al mundo de los muertos como un alma en pena, revivir cada milésima de segundo su violenta muerte y seguir recordando los penosos acontecimientos de su vida por toda la eternidad.

Pero así será...

Aunque no muriera, la sombra del desprecio siempre estaría de su lado, y aún muerto, se convertiría en ella.
No hay opción para los malnacidos, no hay lugar para ellos en éste mundo ni fuera de él, tendrán una existencia errante y llena de sufrimiento desde el momento en que nacieron hasta que su alma logre desintegrarse y su nombre caiga en el olvido.


nadH

1 comment:

Anonymous said...

ah.. muy bueno muy bueno =o


y q triste.. =(