Thursday, March 26, 2009

Desierto



En un viejo recinto, un lugar remoto, olvidado, percudido, maltratado por el abandono; en ese lugar existe un extraño ser, no podría decirse que un ser viviente ya que hace tiempo que parece no tener vida.
Hace tiempo que yace tumbado boca abajo, con los ojos cerrados y la boca entre abierta, parece que no respira. Justamente, tiene la piel pegada a los huesos, los músculos se secaron por completo. Sus extremidades fusionadas entre sí, las atriculaciones soldadas unas con otras. Tal pareciera que su rostro expresa una profunda tristeza, un dolor interno completamente indescriptible.

¿Qué fue de su vida?

Pereció ante una violenta tormenta, no pudo soportarlo.
Tenía tiempo caminando por un valle sombrío, solitario pero no muy apartado del mundo real.
Aún se podía ver el cielo estrellado, aún la arena fresca bajo sus pies brindaba un poco de descanso, pero mientras más se adentraba en el valle, más denso se volvía el aire, cada vez era más difícil respirar, el agua escaseaba hasta el punto de desaparecer por completo. Llegaba a encontrar esporádicamente algún pequeño oasis, donde recobraba las pocas fuerzas que le quedaban, pero al final sería en vano. Cada vez el oxígeno estaba menos disponible, el sol dejó de proporcionar luz, las estrellas de brillar, la arena se convirtió en grava.. el agua y los oasis se terminaron. Todo era oscuridad total.

Una tristeza infernal se apoderó del alma de aquél pobre ser y se abandonó a sí mismo, tendido boca abajo sobre las piedras, su corazón comenzó a secarse rápidamente y junto con él, todas las venas y arterias de su cuerpo se secaron, la piel dejó escapar toda el agua que tenía, sus poros emanaron hasta el último vapor líquido que existiera aún, dio un último suspiro, que perturbó ligeramente el ambiente de mutismo que reinaba. 

Del interior de aquél cuerpo inerte, brotaron cientos de mariposas doradas, que alguna vez habitaron dentro de su estómago. No había nada que hacer, su espíritu había muerto, ya no quedaba nisiquiera un atisbo de vida, ni un suspiro, ni una ilusión, hasta el último sentimiento había abandonado aquél cuerpo.

*Metáforas... tantas metáforas...

No comments: